«Desgraciada la generación cuyos jueces merecen ser juzgados» (El Talmud)
Tal y como comenté en la presentación del blog es mi intención recuperar algunos de los escritos que realicé previamente a su apertura y que creo pueden tener algún valor informativo. El referido a los Orígenes del 15-M es uno de ellos.
Este tema lo publicaré en tres partes. Esta entrada sobre los orígenes del 15-M, una segunda que habla sobre su estructura y funcionamiento y, por último, una tercera que, a modo de desenlace, incluirá mis reflexiones sobre la deriva que ha tomado el movimiento y sus perspectivas de futuro.
Aquí está pues la entrada sobre los orígenes del Movimiento 15-M, escrita el 3 de Julio de 2011.
Escuchada en una de esas habituales tertulias televisivas la última barbaridad sobre el perfil de los participantes en las acciones del Movimiento 15-M, por fin me he decidido a intentar escribir sobre este fenómeno, basándome en mis experiencias e informaciones, pero tratando a la vez de mantener una perspectiva neutral sobre lo que supone y ha supuesto a nivel socio-político.
Es posible que si los omniscientes tertulianos de estudio salieran de sus púlpitos y se dignasen a participar en las redes sociales o hubieran acudido a las Asambleas organizadas en las acampadas, hablasen con algo más de criterio y algo menos de ligereza. Aunque claro, eso implicaría dos cosas que dudo mucho que estuvieran dispuestos a hacer: la primera, dejar de ser la voz de su amo y asumir un papel activo de transmisor veraz de información; y la segunda, socializarse de igual a igual, lo que implica estar abierto al escrutinio de todos los participantes en las redes, hecho que ya ha supuesto pasar amargos tragos a personajes públicos como Alejandro Sanz, Bisbal o Buenafuente, que no parecen apreciar la crítica en la misma línea que el aplauso fácil.
Este es el primer problema, porque es imposible entender y analizar el 15M sin conocer sus orígenes, unos orígenes previos a su existencia como tal, y por tanto a la famosa manifestación del 15M, y que supusieron un arduo trabajo en las redes sociales a través de la interrelación no planificada de 3 organizaciones o movimientos diferenciados, aunque con objetivos comunes: Anonymous, No les Votes y Democracia Real Ya.
Anonymous nació de una acción conjunta de ciudadanos anónimos que pretendía denunciar un supuesto escándalo de la Iglesia de la Cienciología en el que habría muerto una adepta y que la propia Iglesia de la Cienciología habría intentado ocultar a través de prácticas no demasiado éticas. Sea o no este hecho real y estando más o menos de acuerdo con alguno de sus métodos, que a veces rozan o superan la línea entre la legalidad y la ilegalidad, como es el caso de los ataques DDoS de denegación de servicio, lo cierto es que algunas de las acciones de Anonymous han ido enfocadas a atacar sectas, desenmascarar pederastas, crear redes de comunicación en lugares con regímenes totalitarios…
Es cierto que en otras ocasiones sus ataques han ido dirigidos a otros organismos más legítimos como el Banco de España, el Ministerio de Cultura… pero siempre bajo la argumentación de unos principios éticos que eso sí, pueden no siempre ser compartidos y que darían lugar a una infinita discusión filosófica sobre si debe primar la ética o la legalidad.
Anonymous es desde luego un fenómeno social. No solo por sus métodos y por su fama merecidamente obtenida, sino porque incluso desde un punto de vista psicológico ha supuesto una revolución en las estructuras organizativas. Si hasta ahora se hablaba del individuo y del grupo, Anonymous no es ni lo uno ni lo otro, sino una nueva forma de interrelación que podemos denominar como “agrupamiento caótico”. Es más que una suma de individuos pero no tiene la estructura y características de un grupo: ni roles, ni liderazgo, ni jerarquia, solo un objetivo común que además, varía en cada acción.
El funcionamiento de Anonymous solo puede entenderse desde el anonimato que permite la red y que asombra por su simplicidad: un individuo propone en uno de los canales comunicativos habituales (chat, foros…) una acción determinada contra un individuo o institución (por ejemplo, enviar una carta proponiendo no votar a PP y PSOE), argumentándola desde la presumible falta de ética comportamental. Otros individuos que ven el objetivo y argumento deciden si se suman a la acción a título individual (imprimen la carta y la envían a 100 personas de la guía telefónica) y la difunden (nuevos mensajes en foros y chat), proponiendo además nuevas estrategias de acción (además de enviar cartas, diseñan pegatinas que ponen a disposición de todos para pegar en las ciudades). Al finalizar se ha constituido un colectivo con un objetivo común y unas estrategias de acción conjuntas que, tras implementarse, suponen el fin la acción y de la agrupación (al pasar las elecciones se finaliza el envío de cartas y la pegada).
Posteriormente, nuevas acciones serán propuestas y nuevos individuos se sumarán o no en función de su grado de acuerdo con las mismas, lo que hace que Anonymous por un lado no exista como tal (un anonymous puede apoyar una acción pero estar radicalmente en contra de otra) y que como dice su lema “Anonymous somos todos”, ya que una persona puede participar en una acción sin tan siquiera saber que ha sido organizada por Anonymous.
Independientemente de todas estas consideraciones, lo cierto es que Anonymous se ha ganado un fuerte apoyo social, lo que quedó ampliamente demostrado cuando una operación policial que decía haber desarticulado la cúpula de Anonymous (lo cual es imposible como hemos visto pues no existe tal cúpula) dio pie en Twitter a #cupulasinexistentes, uno de los hastagh más hilarantes que se han creado en esta red social.
No les Votes es el segundo de los agrupamientos de interés. Comenzó también como un movimiento de interrelación de internautas si bien es cierto que en este caso su expansión y su importancia se debió al apoyo de personajes concretos relacionados con el software libre, el libre acceso a la cultura, la defensa de las redes P2P… y nació como un clamor popular en forma de respuesta a la inefable e indecente Ley Sinde. Básicamente, ante los continuos varapalos que el sistema judicial estaba dando a la SGAE y las sociedades de autor, absolviendo a las páginas web de enlaces de descargas y justificando el derecho a la copia privada y al intercambio, la señorita Sinde decidió intentar colar unos principios en una Ley que no tenía mucho que ver pero que le podía servir para ocultarlos, la Ley de Economía Sostenible. Vamos, algo así como colar 4 artículos para acabar con el Botellón en la Ley de Reforma del Tribunal Constitucional, un disparate. Esto, por su parte, le permitía saltarse el sistema judicial dejando las competencias de cierre de web en manos de un ente administrativo, que ya de paso, actuaría y estaría regido por los denominados creadores de contenidos (es decir, la SGAE y afines).
Obviamente, la ciudadanía, que ya venía calentita desde que le dijeron que tenía que pagar un canon digital bajo el nuevo principio de presunción de culpabilidad (si te compras un CD no es para guardar las fotos de tu niño, es para piratear las canciones de Ramoncín y compañía) y que se indignaba cada vez que la SGAE enviaba a inspectores a bodas privadas y obras benéficas para cobrar los derechos de autor, contraatacó creando este movimiento que consistía en un conjunto de acciones que solicitaban el voto para cualquier partido que no hubiera apoyado dicha Ley. O lo que es lo mismo, que no se votara a PP, PSOE y CIU.
Ni que decir tiene que la gente habitual de Anonymous fue la primera que apoyó este tipo de acciones proponiendo además nuevas estrategias para lograr un mayor impacto y efectividad. Ello desencadenó que el propio movimiento No les Votes trascendiera la Ley Sinde, para empezar a posicionarse sobre propuestas políticas diversas y realizar ciberactivismo en pro de unos principios muy generales como la austeridad en el gasto público (o el gasto político), transparencia, control ciudadano… principios tras los cuales comenzaron a asomar las primeras discrepancias ideológicas.
Y llegamos al tercero de los agrupamientos originales. Democracia Real Ya a diferencia de los dos anteriores sí es un grupo. Es un grupo con una estructura establecida que, no obstante y debido a la mala prensa que tienen actualmente los grupos jerárquicamente organizados (personalmente no estoy de acuerdo con este planteamiento), ha tratado de implementar medidas creativas y originales para demostrar su funcionamiento democrático, tales como portavocías itinerantes, múltiple creación de comisiones… En principio, se ha posicionado como un grupo que pretende atraer a ciudadanos de todas las ideologías, creencias y sectores en pro de un fin tan noble como imprimir principios éticos a los discursos políticos y económicos establecidos en la sociedad.
Sin embargo, es cierto también que este movimiento no tiene la aceptación social ni la aprobación que merecen los dos anteriores y que desde el comienzo ha generado muchísimas sospechas sobre su finalidad y funcionamiento.
En primer lugar, la persona que registró el dominio de Democracia Real Ya, según se dice había trabajado previamente para el PSOE, lo que ya de mano hizo sospechar a los internautas de las verdaderas intenciones del movimiento, además de generar incontables comentarios en los foros de discusión. Es cierto que este lo negó, aludiendo a que el movimiento Democracia Real Ya no había sido creado por nadie, sino por la interacción de indignados en las redes (algo parecido al sistema de Anoymous y No les Votes), pero también es cierto que estas sospechas no han dejado de crecer fundamentalmente por dos razones.
Primero, porque de las tres corrientes originales, Democracia Real Ya fue la única que en lugar de posicionarse abiertamente por fomentar el voto al partido minoritario, como sí hicieron Anonymous y No les Votes, lo hizo a favor del voto en blanco, un voto que favorece claramente el sistema actual, el bipartidismo y perjudica a los partidos minoritarios.
Segundo, porque en varias ocasiones, salieron a la palestra personajes que abiertamente mostraron su intención de fundar un partido político alrededor del grupo Democracia Real Ya, aunque posteriormente el propio movimiento desmintió y rechazó esta intención. Recordar que el propio juez Garzón ha mostrado recientemente su intención de fundar un partido alrededor no ya de Democracia Real Ya, sino del Movimiento 15M.
En cualquier caso, desde los orígenes y las intenciones originales del grupo hasta el estado actual, se ha dado una gran diferencia, fundamentalmente debido a la extensión del mismo y su volumen, lo que ha hecho que se rija por principios más consensuados.
Así pues, estos son los tres grupos o agrupaciones cuya interrelación dio pie al Movimiento 15M. No obstante este movimiento es muy diferente de las tres agrupaciones originales, pues aunque estas fueron su comienzo, posteriormente se fueron adheriendo ciudadanos independientes y muchísimas más organizaciones: asociaciones de parados, de jubilados, de jóvenes solidarios (destacar por su importancia la asociación Juventud sin Futuro), en contra de las cláusulas abusivas en las hipotecas… Especialmente anecdótico es el hecho de que hayan recibido el apoyo de movimientos tan peculiares como la Falange, o tan contradictorios como la Iglesia Católica y la asociación Europa Laica.
Todo esto ha hecho que el Movimiento 15M adquiera una inercia propia que la ha llevado a un sistema organizativo propio, a un perfil de participante diverso, a un sistema de protesta basado en acampadas muy discutible, a una postura muy característica respecto a partidos y sindicatos, y en definitiva, a un avance por caminos a veces óptimos y a veces muy desacertados como veremos próximamente.
Salud y libertad.