“Comprometámonos con nuestros sueños pero seamos leales a la realidad” (Jorge González Moore)
A estas alturas es difícil negar que vivimos en un periodo socio-histórico donde se ha impuesto una hegemonía cultural que, de ser analizada como una característica psicológica, solamente podría ser tildada como delirio psicótico. Esta es la consecuencia de haber permitido a personas enormemente limitadas en su capacidad y en su nivel cultural asumir el liderazgo político y social, imponiendo como descripción de la realidad lo que no es más que un conjunto de sus infantiles deseos. Y ello, por supuesto, prescindiendo de aquellos sinvergüenzas carentes de escrúpulos que simplemente se limitan a aprovecharse de tontos útiles a los que dirigen el discurso que saben que quieren escuchar. Aprovecharse del prójimo es ley de vida.
En cualquier caso, hay días en los cuales la realidad se impone de forma tozuda, lo cual evidencia que los peregrinos argumentos de esos sujetos no solo son equivocados, sino también un peligro público. Ayer fue uno de esos días.
La primera noticia que agitó el mundo (pseudo)cultural patrio fue el fallecimiento de Itziar Castro a los 46 años debido a un fallo cardíaco. La actriz, que padecía de lipedema, había destacado por su lucha contra la “gordofobia”, generando notorias polémicas como la que tuvo con la presentadora Adriana Abenia, tras criticar esta una campaña de la marca Roxy en la que participaban modelos con sobrepeso. Así, mientras que la presentadora decía que no veía adecuado el acto afirmando que: «estar obeso no es sano”, la actriz la acusaba de falta de empatía, mostrándose como una “gorda feliz y sana”.
Es obvio que no todos los tipos de obesidad se deben a estilos de vida poco saludables y que, independientemente de cuál sea la razón, discriminar a una persona obesa por su estado es propio de gente miserable. Ahora bien, también es cierto que tratar de vender la obesidad como una opción de vida que no tiene implicaciones en el estado de salud no tiene un pase.
De hecho, llama mucho la atención que, en el extremo contrario, las personas con anorexia y bulimia utilicen una estrategia semejante, difundida en las múltiples webs ANA y MÍA, para intentar mostrar que su estado patológico no es tal, sino solamente una elección personal que determina un estilo de vida. Por supuesto, a nadie se le ocurre defender tal aberración.
También se puede entender el debate sobre si el momento del fallecimiento de una persona es el momento más adecuado para sacar a relucir el tema, pero en este caso uno puede pensar que el beneficio que se obtiene es mayor que el perjuicio, más teniendo en cuenta que la protagonista ya ha fallecido y que mucha de la crítica se basa en algo tan antiguo como la impostura social. Por ejemplo, nadie se rasgó las vestiduras cuando se abrió el debate sobre los peligros derivados del consumo de esteroides tras el fallecimiento de Villano Fitness a los 30 años.
Sin embargo, como aquí las implicaciones político-partidistas son prioritarias debido a la fobia feminista con los cánones estéticos, otro personaje siniestro como es Ángela Rodríguez Pam decidió poner su granito de arena para ca(r)gar preventivamente contra todo aquel que osara posicionarse a favor de una evidencia científica indiscutible, la que dice que la obesidad y el sobrepeso no son positivos para la salud. No sea que la realidad se imponga a su relato y haga visibles sus complejos.
No seré yo desde luego, hablando del sobrepeso relacionado con los hábitos nocivos de salud, quien niegue el derecho a ponerse ciego a donuts y coca-colas, cosa que hago regularmente. Pero una cosa es hacer lo que a uno le venga en gana por su debilidad o por mero disfrute, y otra muy distinta racionalizarlo de forma naif disfrazándolo de hábito deseable y tratando de penalizar (y callar) a quien nos abofetea en la cara a golpe de realidad.
En todo caso, todavía no se había recuperado el rebaño woke de la dosis diaria de fingida indignación, cuando llegó la segunda polémica de la jornada. Esta vez, de la mano de Kemi Badenoch, Ministra británica de Igualdad (nada menos), que alertó contra la «epidemia de niños gay a los que les dicen que son trans«. Una cuestión particularmente presente en el Reino Unido donde los casos de personas transexuales arrepentidas han aumentado dramáticamente.
Hasta hace unos meses era indiscutible, al menos en nuestro país, que el primer aspecto que debía regir las decisiones relacionadas con la realidad trans tenía que ser el bienestar de los pacientes (muchos niños todavía), lo que pasaba inevitablemente por facilitarles una buena atención psicológica avalada por profesionales sanitarios. ¿Por qué? Por una cuestión tan evidente como que el rechazo al propio cuerpo o las crisis de identidad no son características exclusivas de la disforia de género, pudiendo estar presentes, en mayor o menor grado, en trastornos como el TOC, el trastorno límite de personalidad o el trastorno dismórfico corporal, siendo además una característica normal en el propio proceso de evolución adolescente.
Desgraciadamente, los intereses de lobby y las ensoñaciones de corte político obsesionadas con que el sexo es una alternativa de elección han ocupado este lugar, lo que ha llevado a destruir vidas de forma irreversible como ocurrió en el caso de la famosa Keira Bell.
Y peor aún, a plantear mediante una ley hecha por semi-analfabetos una aberración como la terapia afirmativa, que pretende obligar a un profesional sanitario a establecer un diagnóstico inapelable en base a un solo síntoma. Algo que sería tan estúpido como obligar a un médico a diagnosticar cáncer de pulmón a cualquiera que acudiese a su consulta por tener tos, ignorando que tal condición podría deberse a una gripe o a tener alergia a las gramíneas.
Pero como no hay dos sin tres, la tercera noticia llegó en forma de propuesta vía Yolanda Díaz, la misma que sostiene que las élites tienen un Plan B para protegerse del apocalipsis, escapando de la tierra vía cohete espacial, refugiándose en el metaverso o construyendo fortalezas inexpugnables en Nueva Zelanda (sic).
Y la propuesta consistía en conceder el subsidio de desempleo exigiendo únicamente una declaración responsable del solicitante, teniendo que evaluar el cumplimiento de los requisitos la Agencia Tributaria el año siguiente a través de la declaración del IRPF, según una nueva norma que, además, rebajaba las sanciones en caso de incumplimiento.
Sin duda, una propuesta de lo más atinada ya que, como todos sabemos, España no es un país en el que se estile la picaresca, siendo mera casualidad que tengamos hasta un subgénero literario propio, basado en ella.
Desde luego, la querencia de la nueva izquierda pija por facilitar la vida de los caraduras o los delincuentes es motivo de interés, aunque ha sido Iker Jiménez quien, de nuevo, ha realizado un análisis magistral del fenómeno a costa de la situación de El Salvador.
“La ignorancia es el peor enemigo de un pueblo que quiere ser libre” (Jonathan Hennessey)
Este martes día 5 de diciembre la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico ha publicado los resultados del Informe PISA, que evalúa algunos indicadores relacionados con el nivel educativo de los alumnos de 15 años. Para sorpresa de pocos, dichos resultados han sido paupérrimos a nivel nacional, hasta el punto de que los estudiantes españoles han obtenido los peores resultados de la historia en las áreas de Ciencias y Matemáticas. Eso sí, los nacionalistas, siempre orgullosos de sus hechos diferenciales, pueden estar satisfechos, pues los alumnos catalanes y vascos han obtenido unos resultados aún peores a los ya de por sí horrorosos cosechados en el resto de España.
Lo cierto es que ningún profesional que haya estado en contacto directo con el sistema educativo español en los últimos años (o mejor aún, con los 17 sistemas educativos existentes) podía esperar otra cosa. El nivel no solo es malo, es peor, pudiéndose afirmar que un alumno que finaliza de forma brillante el Bachillerato actual, difícilmente sería capaz de igualar en competencia académica a un alumno mediocre del extinto 8º EGB.
Por supuesto, los gestores políticos han salido en tromba con su característica impostura y su fingida indignación con el fin de proyectar las causas del fracaso en el adversario político o, al menos, fuera de su área de influencia. De hecho, no deja de ser cómico que un gobierno autonómico de ERC y un gobierno nacional socialista, siempre presumiendo de su izquierdismo, hayan tratado de explicar el desastre como una consecuencia de la inmigración.
En este contexto, algunos pensamos ya desde hace tiempo que detrás del exceso de teatralización puede existir una realidad bien diferente, una que utilizando el mecanismo de defensa de la formación reactiva, trate de esconder el júbilo de quien ha alcanzado un éxito inconfesable. Así, un colega de Universidad me comentaba que cuando una institución tiene a su disposición todos los fondos y recursos disponibles para alcanzar sus fines lo consigue, por más que otros no estemos preparados psicológicamente para entenderlos o para aceptarlos. ¿Y quién tiene más recursos que el Estado, con esos fondos públicos que “no son de nadie”?
En definitiva, que por más que las personas bienpensantes no alcancen siquiera a imaginar que algo así pueda ser real, quizás ha llegado el momento de plantearnos que el informe PISA no es sino uno de los mayores éxitos de este Gobierno. No en vano, ha conseguido convertir a los alumnos en un rebaño dócil y fácilmente manipulable a golpe de fomentar su incultura, su inseguridad, su carencia de autoestima, sus temores y un deseo de liderazgo copado por estafadores a los que idolatrar simplemente porque dicen lo que aquellos quieren escuchar mientras estos se llenan los bolsillos.
En realidad no es nada nuevo. Los políticos nacionalistas ya habían aplicado la técnica de empobrecer la educación del pueblo llano mientras llevaban a sus hijos a colegios de élite trilingües, garantizando de este modo a sus descendientes el futuro liderazgo social a la par que se aseguraban de que los hijos de sus sirvientes no tuvieran oportunidad de ascenso, teniendo que replicar el rol plebeyo de sus padres para subsistir. Por supuesto, si algo hay que reconocer a la burguesía catalana es el mérito de conseguir que los propios damnificados aplaudieran tales medidas simplemente por el hecho de revestirlas de orgullo nacionalista.
Visto así, la única novedad frente a este planteamiento está en la desfachatez con la que el decadente socialismo actual, feminista y moralista de día y putero y cocainómano de noche, ha seguido los postulados de Gramsci para internarse en los centros escolares y desarrollar su exitosa estrategia. De hecho, cualquier profesor es testigo de cómo prácticamente todos los alumnos escriben el masculino y el femenino de un término, aunque casi ninguno sea capaz de concordar el género y el número del sujeto y el predicado; de cómo hiperventilan ansiosos ante cualquier apocalipsis climático, aunque no sepan ni que el sol es una estrella; de cómo repiten proclamas y eslóganes del marketing político más rancio sin entender una palabra de lo que están diciendo y de cómo son capaces de adscribirse a cualquier grupo oprimido, aunque sean sin duda la generación más mimada y consentida de la historia.
“Más se unen los hombres para compartir un mismo odio que un mismo amor” (Jacinto Benavente)
Si ya habíamos visto cómo Podemos no tenía ningún tipo de problema en utilizar las técnicas de propaganda política más abyectas para polarizar el voto, que son aquellas que fomentan los odios más intensos que anulan la razón, el PSOE no se iba a quedar atrás.
Porque después del batacazo electoral, la única baza que le queda al inefable Pedro Sánchez es extremar el mensaje activando la misma estrategia que sus colegas morados (y quizás incrementando de forma interesada la propensión de algunos a la violencia). Para ello ha utilizado la comparación del PP y Feijóo con Trump, pero no deja de ser curiosa esta comparación en alguien que, como se puede comprobar, está aplicando al dedillo los once principios de propaganda de Goebbels. Veámoslo pues.
1.- Principio de simplificación y del enemigo único: Adoptar una única idea y un único símbolo, individualizando al adversario en un único enemigo.
2.- Principio del método de contagio: Reunir diversos adversarios en una sola categoría o individuo, de forma que los adversarios se constituyan en suma individualizada.
3.- Principio de la transposición: Achacar al adversario los propios errores o defectos, respondiendo ataque con ataque.
7.- Principio de renovación: Emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a un ritmo tal que, cuando respondan, el público esté ya interesado en otra cosa. Las respuestas del adversario no han de poder contrarrestar las acusaciones.
8.- Principio de la verosimilitud: Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los llamados globos sonda o de informaciones parciales.
9.- Principio de la silenciación: Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y disimular las noticias que favorecen el adversario, contraprogramando con la ayuda de medios de comunicación afines.
10.- Principio de la transfusión: La propaganda opera siempre a partir de un sustrato preexistente, por ejemplo una mitología nacional o una activación de odios y prejuicios latentes, con los que se busca despertar actitudes primitivas.
11.- Principio de la unanimidad: Llegar a convencer a mucha gente de que piensa «como todo el mundo», creando una falsa impresión de unanimidad.
Y no, no estoy exagerando. Afortunadamente, a día de hoy está el freno de Europa, pero no olvidemos que estamos hablando de un tío que fue cazado dando un pucherazo en la sede del PSOE. Es decir, un tramposo reconocido.
El sábado día 6 de mayo tuvo lugar en la Feria LibrOviedo una mesa redonda que, bajo el título “Hablemos del bullying”, intentaba sentar las bases para establecer un debate sobre el problema del acoso escolar, tan de actualidad por los tristes motivos que todos conocemos. No obstante, dado que el público asistente no tuvo la opción de participar debido a las restricciones de tiempo, me gustaría plantear una reflexión que creo que puede resultar de interés para avanzar en este debate […]
El tema de las sectas siempre me ha fascinado. He publicado artículos de investigación en revistas de mayor impacto científico y con investigaciones más sustentadas empíricamente, pero para mí este es uno de los mejores artículos que he escrito por la profundidad de lo observado y vivido para conocer el hecho en su ambiente natural.
Aquí os dejo el enlace para los que esteis interesados. El artículo está publicado en el Boletín Criminológico.
“Un fanático es alguien que no puede cambiar de opinión y no quiere cambiar de tema” (W. Churchill).
Cuenta la leyenda que Hitler, en cierta ocasión y charlando con unos oficiales, les dijo que aquellos que creyeran que el nacionalsocialismo era solo un movimiento político no habían entendido nada. Se refería con ello a que pretendía convertir al movimiento en todo un fenómeno transcultural que abarcara todas las facetas del ser humano: política, educación, cultura, arte, filosofía, etc.
Así que tras analizar cómo Podemos utiliza a la perfección los once principios de propaganda nazi de Goebbels y ahora que estoy pendiente de publicar un nuevo artículo académico sobre sectas (hoy mejor llamados grupos de persuasión coercitiva), creo que es el momento de plantear una duda que lleva tiempo pululando por los círculos políticos y entre algunos profesionales: ¿es Podemos un grupo de dinámica sectaria?
En este punto, conviene aclarar que lo que define a un grupo de persuasión coercitiva no es su pensamiento ni sus ideas, por peregrinas que puedan parecer (y que en el caso podemita alcanzan a veces cotas de originalidad y maestría inimaginable), sino su carácter abusivo y explotador, lo que se logra mediante el empleo de técnicas de persuasión coercitiva.
Cabe señalar, además, que los grupos de dinámica sectaria han trascendido hace mucho tiempo ya su carácter religioso, pudiendo adentrarse en otros ámbitos como el comercial, el político, el cultural, el ecologista, el terapéutico y hasta el de las criptomonedas, para lo cual adoptan forma de partido, asociación, ONG o cualquier otro tipo de grupo legalmente constituido.
En todo caso, y partiendo desde una perspectiva subjetiva e informal, he de decir que cada vez que hablo con podemitas o personas cercanas a Podemos me encuentro con dos fenómenos curiosos. El primero, que todos ellos defienden su discurso de una forma minuciosa y milimétricamente establecida, lo cual afecta a los diagnósticos, las propuestas de solución (cuando las hay) y las justificaciones que llevan de lo uno a lo otro (lo que en los partidos políticos se conoce como el argumentario). Y el segundo, que antes de que vayan a abrir la boca, ya tengo clarísimo lo que van a decir, lo que me hace recordar aquel famoso adagio que reza: “donde todos piensan lo mismo, ninguno piensa mucho” (aunque esto es aplicable a los fanáticos de cualquier partido político).
También me llama la atención, aunque no sé si esto será una inferencia mía, su obsesión con la juventud. Este grupo de edad es especialmente interesante para los grupos de dinámica sectaria porque esta etapa configura un momento en el cual uno aún no ha establecido su propia identidad, cuenta con grandes dosis de inseguridad y está aterrorizado ante la perspectiva de tener que enfrentarse por sí solo al mundo adulto, más aún si hasta ese momento, como ocurre generalmente, se ha estado protegido por el entorno familiar. Así que, en este sentido y producto de la vulnerabilidad emocional, la pertenencia grupal aporta ciertas ventajas a los jóvenes como facilitar la adquisición de una identidad colectiva y favorecer las relaciones afectivas, de protección y apoyo mutuo, aunque sea a costa de suprimir la individualidad y la diferencia (Urra, 20191).
En este contexto, puede entenderse mejor la creación de una organización juvenil en Podemos que busca funcionar como correa de transmisión del partido con el movimiento feminista y el ecologismo, espacios de creciente activismo por parte de los más jóvenes. Una relación que tampoco es aleatoria, por cuanto ese tipo de movimientos se caracteriza precisamente por la radicalidad y la explotación de la emocionalidad más primaria, aspectos básicos en el proceso de captación sectaria.
Por supuesto, el interés juvenil no se justifica en este caso solamente en ampliar la base de afiliación, sino que persigue un beneficio mucho más directo, teniendo en cuenta que la juventud es un caldero de votos especialmente rentable para Podemos (también para Vox), de modo que en este grupo de edad obtiene un 4,5% más de votos que en la sociedad en general.
En todo caso y más allá de criterios totalmente subjetivos, puede resultar interesante analizar este peculiar partido desde la óptica de algunos de los postulados más básicos que componen la evaluación de los grupos de persuasión coercitiva para ver si puede existir alguna semejanza que despeje las dudas, siendo los más reseñables: la existencia de la doble agenda, las características del líder y el uso de técnicas de persuasión coercitiva, entre las que serían destacables aquellas que exploten las vías emocionales frente a las racionales (Rodríguez-Carballeira, 20042).
La doble agenda
La doble agenda y el doble discurso (Perlado, 20203) hacen referencia a la existencia de dos realidades diferentes que conviven en el seno del grupo, una atinente a los objetivos y las ideas que pueden compartirse entre los propios miembros y otra diferente enfocada a dar una apariencia de respetabilidad frente al exterior. En este sentido, cabe analizar cuáles son los objetivos de un grupo de estas características más allá de su fachada respetable.
Porque sí, al margen de lo que se presupone de forma naif en según qué círculos, la maldad no forma parte de la genética de ningún grupo concreto al ser propia de los individuos, ni se manifiesta alegremente con carteles disuasorios, aunque solo sea porque quien pretende hacer el mal está más protegido y tiene más fácil cumplir sus metas si consigue engañar a los que le rodean y estos no activan sus sistema de alerta. Por ello, fiarse de las palabras y los discursos frente a los hechos y las acciones, ya demuestra una limitación intelectual considerable.
Un grupo de dinámica sectaria, al margen de sus pretextos y apariencia altruista, por tanto, tiene tres objetivos fundamentales: el dominio sobre la vida de los ciudadanos, la acumulación de recursos económicos y la expansión para conseguir el dominio y control de otros espacios e instituciones. ¿Cumple Podemos estos criterios?
En lo que respecta al dominio de los ciudadanos, es una obsesión bastante evidente de esta organización el intento de dirigir la vida de cada uno hasta el más mínimo detalle, algo absolutamente desconocido en otros partidos desde el inicio del periodo democrático (aunque el PSOE haya tomado últimamente a los morados como ejemplo). De hecho, teniendo en cuenta la querencia que tiene por los regímenes comunistas y sabiendo cómo operaban estos, tampoco hace falta detenerse mucho en este aspecto, pues de sobra es conocida su obsesión por establecer directrices para decirnos:
De hecho, este último punto, lejos de ser divertido o anecdótico, es bastante representativo del fenómeno de los grupos de persuasión coercitiva, ya que como expone Rodríguez-Carballeira (2004)2: “pautar conductas referidas a una expresión tan íntima como la sexual es un buen indicador del alcance del control emocional y conductual en las sectas coercitivas”.
En cuanto a la acumulación de recursos económicos, fue el propio Errejón (estando aún en Podemos) quien impartió una verdadera lección magistral acerca de la estrategia de captación de fondos con el fin de crear una estructura económica autónoma que permitiera acoger a los militantes cuando estos ya no tuvieran acceso a los cargos institucionales.
Y, finalmente, en lo referente a la expansión para conseguir el dominio y control de otros espacios e instituciones, no hay más que recordar cuál fue la primera exigencia del amado líder una vez que tocó poder, para conocer dónde estaba el objetivo de sus más profundos anhelos:
También en este marco de referencia, un elemento importante lo constituye el funcionamiento interno, especialmente en lo referente a la toma de decisiones. Si por algo se caracteriza un grupo de dinámica sectaria es por una verticalidad absoluta en este proceso, lo que no quita para que de cara al exterior muestre una fachada donde primen el debate y el consenso. En Podemos se plantea este carácter horizontal y democrático a través de las asambleas, de los denominados círculos y de toda la organización burocrática del partido. Sin embargo, raro ha sido el caso (si es que ha existido) en el que se haya llevado la contraria a sus líderes. Muestra de ello es que la crítica más virulenta se produjera tras el polémico caso del famoso chalet de Galapagar y, aun así, el voto de castigo no llegó al 32%. Una votación, por cierto, de la que su líder afirmó que tomaba nota aunque no se supiera muy bien con qué objetivo, más si se tiene en cuenta que se podía conocer el sentido del voto de cada participante, lo que podría ser utilizado como fuente de control de información para forzar la purga de aquellos afiliados críticos.
La personalidad y culto al líder
El segundo aspecto central de estos grupos es la existencia de líderes carismáticos que representan el poder absoluto y a los que se idolatra, si bien, profundizando un poco más en el aspecto psicológico, tienden a manifestar una personalidad de tipo narcisista y paranoide, en ocasiones regada con preocupantes y peligrosos indicadores psicopáticos.
No obstante, aquí hay que matizar que esto último tampoco es algo exclusivo de los grupos de dinámica sectaria. De hecho, en el mundo político abundan este tipo de perfiles, pues este tipo de sujetos sienten especial predilección por los ámbitos profesionales donde pueden instrumentalizar y manipular a los demás, lo que los lleva a sectores como la política, la banca, el periodismo, la religión y sí, la psicología.
El perfil paranoide se caracteriza por la existencia de ideas delirantes basadas en una desconfianza irracional e injustificada hacia los demás incluso aunque no haya pruebas que lo evidencien. Así, muchos líderes de grupos sectarios muestran un perfil paranoide expansivo, caracterizado por delirios de grandiosidad y persecutorios, que trasladan a los adeptos (Álvarez, 20194).
No solo eso, sino que además este perfil lleva al líder del colectivo a mantener una mejor relación con aquellos adeptos más fácilmente manipulables y que mejor puede instrumentalizar, con el fin de delegar en ellos un mayor número de funciones dentro del grupo, sabedor de que en última instancia tendrá una influencia total sobre sus decisiones.
Y comenzando por este segundo punto, sin querer tampoco profundizar en el salseo del asunto, uno puede pensar que esa tendencia de Iglesias de colocar a sus parejas del momento en puestos de gestión, institucionales o partidistas, podría tener que ver con esta cuestión. Algo a lo que habría que sumar las características de las propias mujeres, que al menos desde mi punto de vista cuentan con un perfil bastante depresivo y dependiente, dejando al margen el cabreo con alguna valida cuando se sale del plan que él había diseñado: Pablo Iglesias estalla contra Yolanda Díaz tras la comparecencia de ésta con Errejón.
En cuanto al primer punto, la paranoia del mundo podemita es de sobra conocida, hasta tal punto que hoy ya se asume que fascista es todo aquel que no piense como ellos.
Y segundo, con la denominación y etiquetado como ultraderechista de todo aquel que no comulgue o defienda con fiereza sus ideas y su figura, demonizando todo lo que suponga un atisbo de crítica hacia él o su partido.
En último lugar, las técnicas de persuasión coercitiva constituyen la principal herramienta (y la mayor prueba) para determinar si uno se encuentra ante un grupo de dinámica sectaria. No obstante, debido a su extensión y diversidad, solo mencionaremos las más representativas.
La persuasión coercitiva es una forma abusiva de influir en las personas cuya finalidad es transformar su pensamiento, y convertirlas y someterlas al grupo mediante actos individuales o grupales que buscan influir en sus actitudes o conductas, apoyándose en el uso de la fuerza ya sea física, psíquica o social, directa o indirecta, manifiesta o latente (Gil, 2021).
Rodriguez-Carballeira et al. (2015), por ejemplo, mencionan 26 estrategias de abuso clasificadas en 6 componentes: 1.- aislamiento, 2.- control y manipulación de la información, 3.- control de la vida personal, 4.- abuso emocional, 5.- adoctrinamiento en un sistema de creencias absoluto y maniqueo, y 6.- imposición de una autoridad única y extraordinaria.
El aislamiento quizás sea el punto más difícil de considerar desde una perspectiva externa. Con el aislamiento se trata de alejar al sujeto de su entorno familiar, de las redes sociales de apoyo de su entorno cercano y, en los casos más extremos, de las redes laborales, académicas o del propio lugar de residencia. Más allá de las influencias individuales que haya a este respecto, en lo referente a esta circunstancia sí pueden mencionarse dos fenómenos propios de este partido. En primer lugar, la consideración, con porcentajes de apoyo mucho mayores que en cualquier otro partido, de que es el Estado (y por tanto ellos, dado que buscan el poder político) quien debe tener la potestad de tomar las decisiones sobre los contenidos que afecten a la educación de los niños (o dicho de otro modo, los niños son responsabilidad del Estado y no de sus familias), lo que lleva a una lucha contra el veto parental ante actos de marcado adoctrinamiento ideológico, que no educativo. Y en segundo lugar, el proceso de deshumanización, odio y crispación contra todo disidente de su pensamiento único, que lleva (¿de forma planificada?) a la ruptura de las relaciones entre opuestos ideológicos, algo tomado con milimétrica precisión del proceso de división social propiciado por el nazionalismo catalán.
El tercer punto, el control de la vida personal, ya se ha comentado en el apartado de la doble agenda por lo que no merece la pena detenerse más, aunque bien podrían añadirse muchos más ejemplos descabellados.
El cuarto punto, relativo al abuso emocional, es quizás uno de los más relevantes ya que prácticamente todas las estrategias de persuasión coercitiva y de cambio de identidad, a diferencia de lo que suele pensarse, se producen por manipulación emocional y no por un convencimiento o activación de procesos reflexivos. Se incluye aquí, entre otros, la activación interesada de emociones positivas, como el bombardeo amoroso, que fortalezcan los vínculos con el grupo; las exigencias de compromiso afectivo con el grupo, la presencia de intimidación o amenazas ante la posibilidad de abandonar el grupo, o el desprecio y humillación ante cualquier conducta que se interprete contra los intereses del grupo.
La activación de emociones positivas ha sido explotada por Podemos de forma frecuente, aunque sin llegar al grado de perfección con el que explotan las emociones negativas, siempre mucho más intensas y efectivas para activar a los ciudadanos saltándose la vía racional. No obstante, hay que tener en cuenta que esta es una estrategia mayormente interna, es decir, de cara a los ya miembros del grupo, aunque en ocasiones provea de buenos argumentos a sus oponentes para criticar a la organización, desde la perspectiva externa, por poseer un perfil inmaduro e infantil. Varios han sido los ejemplos de esta estrategia, ya que si bien puede resultar extraño que un líder utilice las emociones positivas en su discurso político, chirría mucho más cuando lo hacen varios de sus líderes de la misma forma y de manera supuestamente independiente.
Incluso el humor particular que comparte el endogrupo frente al exogrupo, puede ser un buen indicador para comprobar hasta qué punto se rige por una emocionalidad diferente a la del resto de la población.
Las exigencias de compromiso con el grupo también son habituales, aunque en este caso quizás se plantean a través de otra estrategia de propaganda frecuente en los partidos políticos como es la de las palabras virtuosas, que pretende asociar el grupo con términos que generen imágenes positivas, de forma que el sujeto acepte al colectivo como único medio para llegar a ese fin, que generalmente representará un valor de alta deseabilidad social. La publicidad también utiliza una estrategia parecida denominada: “incluso un penique es suficiente”, a través de la cual se llama la atención sobre valores que son importantes para la persona e inducen una situación de influencia que evoca esos valores pidiendo una contraprestación muy pequeña, de forma que la persona para ser coherente con los valores que defiende acabará participando en la compra del servicio o producto.
La existencia de intimidación y amenazas contra personas que han abandonado el grupo para que no difundan información comprometida sobre la organización, o simplemente contra personas críticas a sus postulados, también parece darse con cierta frecuencia. Algo muy semejante a lo que ocurre con el desprecio y la humillación que se utiliza con las personas críticas con el grupo.
El quinto punto es el adoctrinamiento en un sistema de creencias absoluto y maniqueo, lo cual se traduce en una reconstrucción negativa del pasado y la identidad previa, la denigración del pensamiento crítico, la exigencia de una identificación plena con la doctrina y su aplicación, la imposición de la doctrina por encima de las personas y la Ley, y la glorificación del endogrupo y el rechazo del exogrupo.
Quizás el factor más claro en lo referente a estos aspectos sea el intento permanente de Podemos por socavar la identidad previa, lo cual se manifiesta en una obsesión del partido y sus líderes por denigrar todo lo que huela a español, tratando de despreciar sus símbolos cada vez que tienen oportunidad o negarse a utilizar con frecuencia dicho término, que han sustituido por el eufemístico de Estado Español.
Yendo más allá incluso, su líder ha tratado de resignificar la identidad democrática con total desfachatez sabedor de lo difícil que es alterar tal valor en la sociedad actual, para lo cual ha reconocido que busca redefinir el término con el fin de adaptarlo a una realidad totalmente diferente que, por supuesto, es acorde a su sistema totalitario.
La denigración del pensamiento crítico y de todos aquellos opositores a sus planteamientos, así como el rechazo al exogrupo, también ha quedado patente en buen número de intervenciones de sus líderes.
Asimismo, ha sido generalizada la combinación de esta estrategia con la manipulación emocional, jugando con emociones como el odio, el miedo o la venganza, factores muy presentes en sus discursos.
Por último, también ha habido ocasiones en que Podemos, posicionándose por encima del Estado de Derecho, ha defendido la desobediencia civil, aunque obviamente refiriéndose a aquellas leyes con las que no comulga, o a delincuentes condenados sin arrepentir para los que ha pedido el indulto.
Una vez analizados los principales factores que determinan la existencia de un grupo sectario o de persuasión coercitiva, y exponiendo algunos ejemplos que, como mínimo, pueden llevar a generar una duda razonable, es momento de que cada uno saque sus propias conclusiones (y desde luego yo tengo la mía).
La reflexión, la ideología, la elección política y la identidad son y deben seguir siendo construidas de una forma libre e independiente por cada uno de nosotros, pero sería bueno que analizáramos si estos constructos se deben a procesos racionales o a procesos emocionales condicionados por habernos integrado en una red donde la presión social, los sentimientos, el miedo a la soledad y el abandono o la pérdida de recursos y tiempo (como ocurre cuando se rompe una relación de pareja) nos limitan para seguir anclados en una realidad que ya no compartimos. Más que nada para no descubrir más adelante que se han empleado métodos perversos para condicionar la libertad que tan alegremente creemos poseer.
Salud y libertad…
Referencias bibliográficas
1 Urra, J. (2019). La Huella de la Despersonalización. Estrategias de Prevención y Afrontamiento de las Sectas y Grupos Fanáticos. Morata.
2 Rodríguez-Carballeira, A. (2004). La actuación de las sectas coercitivas. Eguzkilore, 18, 247-268.
3 Perlado, M. (2020). ¡Captados! Todo lo que debe saber sobre las sectas. Ariel.
4 Álvarez, S. (2019). El fenómeno sectario y la figura del líder como piedra angular del grupo. Revista de Psicología, Criminología y Ley, I(2), 1-39.
5 Gil, G. (2021). El consentimiento de la víctima de los delitos cometidos en el ámbito de los grupos coercitivos. Revista de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Católica de Córdoba, 5, 177-200. http://doi.org/10.22529/rfd.2021(5)10
6 Rodríguez Carballeira, Á., Saldaña, O., Almendros, C., Martín-Peña, J., Escartín, J., & Porrúa, C. (2015). Group psychological abuse: taxonomy and severity of its components. European Journal of Psychology Applied to Legal Context, 7(1), 31-39. http://doi.org/10.1016/j.ejpal.2014.11.001
“Las religiones no son más que un instrumento para manipular al ser humano utilizando para ello el arma más poderosa jamás creada: el miedo” (Nicholas Wells)
Esta semana ha sido calentita y no lo digo solo por la climatología, sino por un tweet que se ha viralizado más de la cuenta, generando el habitual debate en esta red social, argumentado y sosegado como todos sabemos.
No obstante, como twitter está muy bien para difundir eslóganes o ideas generales, pero tiene muchas limitaciones de cara a desarrollar los argumentos y el contenido de una idea, voy a intentar explicar aquí con mayor precisión lo que quise decir con ese tweet, no sin antes hacer un par de aclaraciones sobre temas colaterales.
La primera es que entiendo que en Occidente los debates están destinados más a vencer y convencer al prójimo que a entenderlo, lo cual conlleva que estén mucho más arraigadas estrategias como la argumentación ad hominem, cuyo único fin es desacreditar a la fuente de una información.
La segunda, que uno tiene la capacidad que tiene y, por tanto, no se puede pretender estar en pie de igualdad con quienes tienen recursos prácticamente ilimitados para retorcer los argumentos del contrario hasta que se difuminen, dando a entender algo totalmente distinto, cuando no contrario, a lo que pretende la fuente original del mensaje.
Por concretar. Estos días, y producto del tweet de marras, me han llamado nazi, fascista, comunista, anarquista, hijo de Soros (sic.), satánico, gilipollas, imbécil, idiota, hater, acomplejado, anormal, amargado, inculto, analfabeto, amén de otros calificativos igual de apeluchados y regados con un buen cúmulo de amenazas y deseos de una vida mejor, a ser posible en el otro lado. Bien, asumo todo ello con estoica resignación en pro del debate, así que ahora que ya tenemos todos claro lo que soy y agradeciendo los mejores deseos de mis compañeros de red, a ver si podemos hacer un análisis sobre los argumentos de unos y otros.
En cuanto al segundo aspecto, reconozco que me ha sorprendido, más por demérito ajeno que por mérito propio. Francamente, si un medio como El País tiene esta capacidad de llegada frente a un pringado como yo, creo que ha llegado el momento de que se plantee con seriedad a qué se debe su enorme crisis de credibilidad (más que merecida) y empiece a tomar decisiones para ponerle coto. En caso contrario, creo que está abocado a la irrelevancia o a la desaparición (aunque como todo el mundo sabe, y también en este tema, en las creencias siempre hay un puntito más de deseo que de análisis racional).
Entrando en el tema en cuestión, creo que es honesto y justo empezar exponiendo mis creencias (y remarco creencias) sobre el cambio climático, el calentamiento global y todo el apocalipsis térmico en general, dejando claro una vez más que yo no tengo ni puñetera idea sobre este tema. Porque cuando digo que yo de cambio climático sé muy poquito (al igual que el 90% de sus más duros críticos y sus más férreos defensores), lo digo a conciencia.
¿Creo entonces en el cambio climático y el calentamiento global o no? Pues desde mi ignorancia, a medias. Sí creo que es posible que efectivamente estemos en un proceso de calentamiento generalizado (y algunos de calentura) si bien, y por lo que he leído por ahí a nivel meramente divulgativo y probablemente sesgado, tengo serias dudas sobre su carácter antropogénico y sobre las posibilidades que tiene el ser humano para revertirlo. Y esta deriva suspicaz y pesimista tiene que ver también con que yo ya he superado los 40 palos y eso implica que me he comido el apocalipsis por el fin del petróleo, el de la densidad de población, el de la contaminación, el del agujero de ozono y algún otro a nivel científico, de los que nunca más se supo, a los que habría que sumar para los amantes del nivel esotérico-espiritualoide las profecías de Nostradamus, las profecías mayas y las profecías de San Malaquías. Vamos que, dicho de otro modo, estoy de apocalipsis que no llegan hasta las narices y puestos a confiar en la posibilidad de que alguno se materialice apostaría a estas alturas por el Gobierno de Pedro Sánchez, alias Antonio.
Pero como decía Paco Umbral, yo he venido aquí a hablar de mi libro. Y mi libro es la manipulación, no el cambio climático, así que voy a describir de forma resumida dónde veo la manipulación.
En primer lugar han comentado hasta la saciedad, primero la verificadora Maldita.es y luego uno de los propios afectados, Roberto Brasero, que no son comparables dos mapas que muestran variables distintas, algo que es una obviedad. Sin embargo, aquí hay tres matices.
El primero es que muchas de las personas no estaban comparando solo la gama cromática del segundo mapa con la del primero, que efectivamente muestran en ese aspecto variables diferentes, sino las propias temperaturas de los mapas. Porque en este último no se ve ese fenómeno, pero en el original sí se aprecia (al igual que en los otros dos mapas que todo el mundo obvia) que las temperaturas presentes son más altas en los mapas cronológicamente anteriores que en los actuales. Y esto casa mal con el discurso de que estamos en un momento apocalíptico de calor con temperaturas que no se han dado nunca, aunque sea en un día anecdótico. No obstante, sí se puede argumentar que estas temperaturas superiores se refieren a temperaturas medias, olas de calor, récord de registros, etc. más altos actualmente, y que ello está demostrado con datos históricos y meteorológicos. Bien, me lo creo. No tengo intención de comprobarlo.
El segundo matiz es que ese argumento valdría para el mapa patrio de Antena 3, pero en el tweet hay otros dos mapas que sí parece que comparan la misma variable, temperatura, a los que habría que añadir otro que acaba de viralizarse (presuponiendo que los datos y fechas que muestra sean reales, algo que tampoco me voy a poner a comprobar).
Y el tercer matiz, que es el más importante para mí, es que desde la óptica del análisis psicológico de los procesos de ingeniería social todos estos datos objetivos y sesudos análisis importan, en realidad, un auténtico bledo. ¿Por qué? Porque como decía el premio Nobel Daniel Kahneman en su libro “Pensar Rápido, pensar despacio”, el ser humano procesa la información a través de dos sistemas, uno racional que requiere tiempo y esfuerzo, y otro automático basado en obtener el mayor grado de ganancia informativa con el menor esfuerzo posible. Y es por ello que todos los procesos de manipulación se basan en heurísticos, atajos mentales que se saltan la barrera de lo racional y que, en gran número de ocasiones, se fundamentan en aspectos emocionales como el miedo, el odio, etc. Algo que, por supuesto, sabemos muy bien los psicólogos, pero también los publicistas, los expertos en comunicación, los que dirigen campañas políticas o comunitarias, etc. Por poner un ejemplo, usted puede no ser consciente de cuántas veces ha salido en una serie un bote de Cola Cao y quizás ni se ha dado cuenta de que ha salido, pero Cola Cao seguirá teniendo interés en que su bote forme parte del decorado y pagará por ello. Y le juro que lo hacen por algo, gilipollas no son.
Si el mapa muestra, pues, parámetros distintos, habría que analizar por qué se han empezado a utilizar ahora y por qué esa obsesión con el color rojo, surgida también en este preciso momento. Si a ello se unen los datos sobre temperaturas y la matraca con el cambio climático, uno puede llegar ya a pensar que lo que se pretende es que esos mapas, como heurísticos que son, calen en la propia psique del sujeto saltándose la barrera racional a través del impacto emocional y la mera integración perceptiva.
¿Puede ser una casualidad? Puede, pero la verdad es que conociendo lo que conozco sobre técnicas de manipulación e ingeniería social y con la experiencia vital que tengo, ya creo poco en las casualidades. Y menos aún, si salen videos como este grabados con cámara oculta.
Por supuesto, esto no quiere decir que las propias personas que utilizan estos datos o que defienden un postulado tengan una intención perversa y torticera de manipular por pura maldad o por un interés personal. Brasero, por ejemplo, no me pregunten por qué, me tiene pinta de ser un buen tipo a diferencia de muchos de sus colegas televisivos. Pero todos podemos manipular a los demás de forma consciente o inconsciente, simplemente por defender la información que tenemos (y que en ocasiones nos han facilitado), como de hecho ocurre con los adeptos de sectas. Permítaseme, por tanto, que al menos, me genere dudas.
Una duda que se va haciendo certeza no por el hecho de llegar a conocer si existe o no el fenómeno, sino por las consecuencias que algunos pretenden derivar de él. Y es que, como se puede apreciar, que exista el cambio climático, el calentamiento global o la madre que los parió, no es incompatible con que haya o no manipulación. Hay una técnica de manipulación y propaganda política denominada factoide o gran mentira que, en este contexto psicológico, viene a decir que si una mentira es lo suficientemente grande se pensará que hay en ella cierto grado de verdad. Es más, se afianzará más aún si está basada en una verdad parcial (algo que por cierto se utiliza con no poca frecuencia para ejecutar la muerte social de personajes molestos para el establishment).
¿Y cuáles son esas consecuencias que se pueden derivar del cambio climático que dan pie a pensar en que la manipulación sea planificada? Pues esas con las que nos llevan dando el coñazo ya un tiempo y que van dirigidas específicamente a cambiar nuestro comportamiento individual en el entorno social. Ya saben a qué me refiero: no comas carne (ahora también fuera de Cuaresma), deja de poner lavadoras y el aire acondicionado que hay que ahorrar energía, deja de viajar en avión o ponte calzoncillos de cáñamo que contaminan menos que loa de algodón y a una mala te los puedes fumar.
Porque esos poderes políticos y económicos, de sobra conocidos y con una cantidad ingente de recursos, sí pueden utilizar sus fondos y las plataformas mediáticas que controlan para difundir sus ideas con el objeto de generar un cambio social en la búsqueda de su mundo utópico. Vamos, de hecho, tampoco es que lo oculten. Y el problema, en este sentido, es que su mundo utópico va en contra del mío, que qué quieren que les diga, tiene una querencia casi lúbrica y masturbatoria por el concepto de libertad individual. Así que si quieren arreglar los supuestos efectos nocivos del supuesto calentamiento antropogénico, que empiecen por pedir cuentas y reducción de gases al Gobierno chino, al de EE.UU., al de la India o al presidente que se va en Falcon a tomar una tapita de olivas, pero a mí que me dejen en paz con mi filete con patatinas y mi ventilador del chino, que tampoco pido más.
En definitiva, espero que haya quedado claro que mi intención no ha sido hablar de cambio climático o de calentamiento, entre otras cosas porque, aunque quede mal decirlo, ese tema me importa un higo, sino comentar algunos aspectos sobre manipulación, para lo que sí estoy algo más capacitado y acreditado, aunque tampoco sea necesario en vista de los canales que se prestan a dar voz a los ninis de la generación Z para hablar de lo que no tienen ni pajolera idea.
Desde hace tiempo ya, se viene utilizando como argumento supuestamente irrefutable para criticar a los que piden una bajada de impuestos, una estrategia de lógica ad hominem según la cual estos serían seres egoístas que en el fondo lo que querrían es eliminar los fondos para sanidad, educación y servicios sociales. Todo ello en base a un placer innatamente sádico que afecta a toda persona que no acepta el discurso woke y baizúo de la pseudo-izquierda actual.
Semejante memez no es fruto de la casualidad. Esta táctica se ha venido utilizando con gran eficacia para financiar a gusto a los chiringuitos más variopintos que, siempre escondidos tras una presunta fachada moral, pueden acusar a los críticos de ir contra dicha fachada si osan criticar la financiación del lobby de turno. Sorprendentemente, la infantil acusación funciona, como sigue funcionando en personas de mente frágil el no hablar de política o no votar a determinado partido so pena de que lo tilden de facha.
Ocurrió con los famosos youtuber, a los que se acusó de escapar a Andorra para no pagar la sanidad y la educación. El análisis es irrisorio. Partiendo de la base de que nadie tendría que pagar unos servicios de un país en el cual no reside (en todo caso deberían pagar la sanidad y la educación en Andorra), la cuantía de los ingresos perdidos de sus impuestos se ha estimado en 1 millón de euros. El presupuesto de Sanidad es de 8.784 millones de euros y el de educación de 4.893 millones. Un total de 13.677 millones de euros. Dicho de otro modo, los youtuber suponen el 0,0000000073% del presupuesto de sanidad y educación. Algo inapreciable que no obstante, fue ampliamente comentado. La razón de la polémica no fue pues el montante económico, sino que su acción puso encima de la mesa la cuestión fundamental: estaban hasta las narices de que se les quitara buena parte de los ingresos de su trabajo, no para pagar sanidad y educación, sino para pagar el entramado que nuestro sistema político se ha montado a costa del trabajador.
Así que, para todos aquellos que sigan pensando que los impuestos van destinados a pagar la sanidad y la educación (como si dentro de semejantes partidas no hubiera ya de por sí despilfarro y derroche suficiente), aquí se incluyen cien gastos de los que poder recortar. Todos ellos de partidas que no parece que se contemplen de forma explícita en los presupuestos generales.
Lo cual, por cierto, ha generdo que se hayan reducido los fondos para sanidad y educación, algo de lo que nadie, y menos los zombies que repiten proclamas impuestas, parece haberse quejado…
Los tratamientos con aceite de CBD cada día están cobrando más importancia, pues no solo tienen beneficios en nuestro organismo a nivel emocional sino también a nivel físico (¡y cada día se descubren más!). Aun así, durante años el CBD ha estado muy estigmatizado debido a que procede de la planta del Cannabis […]
Expertos de la facultad de Psicología estudian desde hace diez años el abandono universitario, que cuesta 1.500 millones de euros al año al país.
Decía el equipo rectoral estos días que hay que analizar en profundidad el fenómeno. Lo cierto es que la propia Universidad de Oviedo tiene profesionales que llevan muchos años dedicados a ello. El grupo de investigación acreditado ADIR (Aprendizaje Escolar, Dificultades y Rendimiento Académico), dirigido por el catedrático José Carlos Núñez, estudia esta cuestión, entre otras muchas, desde hace una década. Ana Bernardo dirige esta línea de investigación. Han realizado numerosos estudios sobre el abandono, algunos de ellos en colaboración con universidades de otros países. Y, en el marco de todo este trabajo, Antonio Cervero publicó el año pasado la tesis doctoral ‘Factores relacionados con el abandono en educación superior’, dirigida por el propio Núñez y por Ana Bernardo Gutiérrez. […]